martes, 26 de noviembre de 2024

HBR's 10 Must Reads on Strategic Marketing (with featured article "Marketing Myopia," by Theodore Levitt), Harvard Business Review, Clayton M. Christensen, Theordore Levitt, Philip Kotler y Fred Reichheld

[…] All of them got into trouble not because of TV’s inroads but because of their own myopia. [...]
[…] Concentrate on meeting customers’ needs rather than selling products. [...]
[…] Hollywood defined its business incorrectly. [...]
[…] It thought it was in the movie business when it was actually in the entertainment business. [...]
[…] railroads stopped growing because railroads didn’t move to fill those needs. [...]
[…] The failure is at the top. [...]
[…] they were product oriented instead of customer oriented. [...]
[…] What business are you really in? [...]

La Red de Todo: Internet de las Cosas y el Futuro de la Economía Conectada, Andrei Vazhnov

[…] "Cómo podríamos pensar", escrito por el científico Vannevar Bush [...]
[…] "El mundo ha llegado a la edad de dispositivos baratos y complejos de gran confiabilidad; algo importante saldrá de esto". [...]
[…] "el poder de cálculo de las computadoras se duplica cada dos años". [...]
[…] "Las tecnologías más importantes son las que desaparecen. Son las que se entrelazan con el tejido de nuestra vida cotidiana hasta que ya no son distinguibles de ella." [...]
[…] "No importa quien seas, la gente más inteligente del mundo trabaja para otro", [...]
[…] "Una plataforma es un sistema que puede ser programado por desarrolladores externos, es decir, por sus usuarios, y de este modo puede ser adaptado a un sinfín de nichos y necesidades, muchas de las cuales los creadores originales de la plataforma no podrían ni siquiera haber imaginado y mucho menos haber tenido tiempo para crear internamente… El término clave de la definición es "puede ser programado". Si se puede programar, es una plataforma. Si no se puede, no lo es." [...]
[…] cómo mejorar sus algoritmos y pueden actualizar el software sin que el usuario tenga que hacer nada y ni siquiera tenga por qué saberlo. [...]
[…] Cuando un recurso se vuelve caro y escaso, el genio humano siempre inventa un sustituto más económico o aprende a utilizar lo que tiene [...]
[…] distintos lenguajes inalámbricos, incluidos Wi-Fi, Bluetooth, Zigbee, Zwave y Ant+, LoRa, SigFox, entre muchos [...]
[…] El inventor Nikola Tesla escribió en 1926:   "Cuando la tecnología inalámbrica esté perfectamente instalada, toda la tierra se convertirá en un cerebro enorme…todas las cosas siendo partículas de una unicidad rítmica y real." [...]
[…] el principio de Douglas Engelbart: cuando cambiamos de escala, cosas antes impensables se vuelven posibles. [...]
[…] En el Internet de las Cosas, las "cosas" no son siempre cosas y se conectan a redes que no son siempre Internet. [...]
[…] En los países desarrollados, los supermercados rechazan hasta el 30% de frutas y verduras que están en buenas condiciones porque los productos no se adhieren a los altos estándares de apariencia física que tienen los consumidores. [...]
[…] Forrester estima que el costo promedio de desarrollar una sola app móvil oscila entre 25.000 y 150.000 USD [...]
[…] inactividad causada por las fallas y esperas imprevistas va a ser casi un recuerdo. [...]
[…] las computadoras no deben preguntar al humano algo que puedan averiguar por sí mismas. [...]
[…] los relojes inteligentes serán inferiores a 30 USD a medida de que los productores chinos se adueñen de esta nueva tecnología y la masifiquen para sus mercados internos. [...]
[…] Metafóricamente hablando, estas descripciones son las APIs de la organización: la interfaz entre las capacidades internas y lo que el cliente puede pedir desde afuera. [...]
[…] Nota:#quote "La computadora del siglo..." [...]
[…] Nota:...justo para #developers [...]
[…] Nota:de pequeñas ideas nacen hechos revolucionarios.. [...]
[…] Nota:Echa un vistazo a esta cita. [...]
[…] pero los precios siempre caen rápido según la ley de Moore. [...]
[…] potencia inalámbrica como Wi-Tricity, [...]
[…] termostato inteligente de Nest es un buen modelo para entender la estructura de productos IoT [...]
[…] Una plataforma es un lugar de interacción e intercambio de valor entre los usuarios de una red. [...]
[…] Yendo al grano, el PBI mide todo excepto las cosas que le dan valor a la vida." [...]

miércoles, 4 de octubre de 2023

Psicología de las masas y análisis del yo, Sigmund Freud

[…] Ya hemos visto que el Ejército y la Iglesia reposan en la ilusión de que el jefe ama por igual a todos los individuos. [...]
[…] Su afectividad queda extraordinariamente intensificada y, en cambio, notablemente limitada su actividad intelectual. [...]
[…] Siempre que dos familias se unen por un matrimonio, cada una de ellas se considera mejor y más distinguida que la otra. [...]
[…] Se puede ser un buen cristiano sin haber tenido jamás la idea de situarse en el lugar de Cristo y extender, como El, su amor a todos los humanos. El hombre, débil criatura, no puede pretender elevarse a la grandeza de alma y a la capacidad de amor de Cristo. [...]
[…] Puede decirse que el objeto ha devorado al yo. [...]
[…] Nuestros actos conscientes se derivan de un substrato inconsciente formado, en su mayor parte, por influencias hereditarias. [...]
[…] Los sentimientos de la multitud son siempre simples y exaltados. De este modo, no conoce dudas ni incertidumbres [...]
[…] Le Bon piensa que en una multitud se borran las adquisiciones individuales desapareciendo así la personalidad de cada uno de los que la integran. [...]
[…] La noción de lo imposible no existe para el individuo que forma parte de una multitud. [...]
[…] La multitud es impulsiva, versátil e irritable y se deja guiar casi exclusivamente por lo inconsciente. [...]
[…] La masa quiere siempre ser dominada por un poder ilimitado. Avida de autoridad, tiene, según las palabras de Gustavo Le Bon, una inagotable sed de sometimiento. [...]
[…] La identificación es la forma primitiva del enlace afectivo a un objeto; [...]
[…] -la desaparición de la personalidad individual inconsciente, la orientación de los pensamientos y los sentimientos en un mismo sentido, el predominio de la afectividad y de la vida psíquica inconsciente, la tendencia a la realización inmediata de las intenciones que puedan surgir-, [...]
[…] instinto gregario excluye por completo la necesidad de algún Dios y deja al rebaño sin pastor. [...]
[…] En los casos más graves se conduce más bien como un rebaño de animales salvajes que como una reunión de seres humanos. [...]
[…] En las melancolías psicógenas, el yo sería incitado a la rebelión por el maltrato de que le hace objeto su ideal en los casos de identificación con un objeto rechazado. [...]
[…] en cuanto cierto número de seres vivos se reúne, trátese de un rebaño o de una multitud humana, los elementos individuales se colocan instintivamente bajo la autoridad de un jefe. [...]
[…] el prestigio depende siempre del éxito y desaparece ante el fracaso. [...]
[…] el individuo integrado en una multitud adquiere, por el solo hecho del número, un sentimiento de potencia invencible, [...]
[…] Cuando más enamoradas están, más completamente se bastan. [...]
[…] carencia de libertad del individuo integrado en una multitud. [...]
[…] Cada individuo forma parte de varias masas; se halla ligado, por identificación, en muy diversos sentidos, y ha construido su ideal del yo conforme a los más diferentes modelos. [...]
[…] basta la pérdida del jefe -en cualquier sentido- para que surja el pánico. [...]
[…] Así pues, la desaparición de la personalidad consciente, el predominio de la personalidad inconsciente, la orientación de los sentimientos y de las ideas en igual sentido, por sugestión y contagio, y la tendencia a transformar inmediatamente en actos las ideas sugeridas, son los principales caracteres del individuo integrado en una multitud. Perdidos todos sus rasgos personales, pasa a convertirse en un autómata sin voluntad». [...]
[…] «Por el solo hecho de formar parte de una multitud desciende, pues, el hombre varios escalones en la escala de la civilización. Aislado, era quizá un individuo culto; en multitud, un bárbaro. Tiene la espontaneidad, la violencia, la ferocidad y también los entusiasmos y los heroísmos de los seres primitivos». [...]
[…] «Estar enamorado significa exagerar desmesuradamente la diferencia entre una mujer y otra.» [...]
[…] Yendo al grano, el PBI mide todo excepto las cosas que le dan valor a la vida." [...]

sábado, 27 de septiembre de 2014

El tango de la Guardia Vieja, Arturo Pérez-Reverte

[…] ¿Que el carácter de una mujer se muestra con más sinceridad cuando baila? [...]
[…] «Extraño oficio, este de escribir novelas. [...]
[…] «Hay una cosa: una novela es como un campo de minas. Al principio es fácil retroceder pisando tus propias huellas, pero si caminas demasiado, te metes y ya no puedes salir de él. Entonces, antes de llegar a ese momento irreversible, paré y decidí dejarla para cuando tuviera la mirada más fina», [...]
[…] «La única tentación seria es la mujer, señor Costa. ¿No le parece? Todo lo demás es negociable». [...]
[…] «lector que escribe novelas». [...]
[…] «Los hombres acariciados por muchas mujeres cruzarán el valle de las sombras con menos sufrimiento y menos miedo»... [...]
[…] «O sea —me advierte Calabria—, que más le vale a ese personaje tuyo borrar bien las huellas, sin dejar ni una, o te garantizo que va a tener problemas». [...]
[…] «Y sin embargo, una mujer como usted y un hombre como yo no coinciden a menudo sobre la tierra.» [...]
[…] «ya tengo la portada, consigue los derechos de reproducción». [...]
[…] A mí me ocurre con frecuencia, pues localizo los pasajes de casi todas mis novelas en sitios reales: viajo allí, tomo fotografías y notas, leo cuanto puedo encontrar sobre el asunto. [...]
[…] acudo a consultarlos sin complejos. Con rigurosa humildad profesional. [...]
[…] Ahora sólo falta que el lector, cuando lea, oiga la música que no se oye pero que ellos oyen. [...]
[…] Aquélla era una de esas mujeres que se veían elegantes a la primera mirada y hermosas en la segunda. [...]
[…] Aunque si mal no recuerdo, tú siempre perseguiste el dinero. Le dabas prioridad sobre el resto de las cosas posibles. Y ahora que pareces tenerlo, tampoco reniegas de él. [...]
[…] Cada vez que llego a un pasaje determinado veo al personaje en el que me inspiré, al de carne y hueso, no al literario que quiero mostrar. Está crudo, [...]
[…] Caminos que, pese a los consejos de la más elemental prudencia, es imposible soslayar cuando se ofrecen a la vista. [...]
[…] carne tibia y fatigada, aroma de sexo satisfecho, sudor de cuerpo de mujer que ahora humedecía, bajo las manos de Max, [...]
[…] Compleja, porque no es una trama lineal. Hay saltos atrás y adelante en la acción. Eso hace necesaria una carpintería cauta. [...]
[…] Con esa elegancia que no consiste en la ropa, sino en la manera de llevarla. [...]
[…] —conozco bien al personaje porque, además de crearlo, hace año y medio que convivo con él noche y día— nunca le confiaría ni dinero, ni joyas, ni una mujer que me importase conservar. [...]
[…] —Creo que en el mundo de hoy la única libertad posible es la indiferencia —concluyó Max—. [...]
[…] cuando en un reportaje hay literatura es un mal reportaje; y que cuando en una novela hay periodismo, es una mala novela. [...]
[…] Cuando toca, ni aunque te quites, decía. Y cuando no te toca, ni aunque te pongas. [...]
[…] El aire que entra por la ventanilla abierta huele a miel y resina, con los últimos aromas del verano, [...]
[…] Elijo para él este modelo concreto por guiño familiar. Era el que usaba mi padre. De esa clase son los pequeños codazos cómplices, a veces sólo con sentido para él, que un autor puede darse a sí mismo. Yo lo hago con frecuencia. O con cierta. Algo así como ponerle a una novela pequeñas marcas de la casa. [...]
[…] En novela, las prisas matan. Pero al fin, un día más o menos lejano, te toca. [...]
[…] En varias ocasiones intentó escapar de lo que llamaba la mediocridad y el fracaso de nuestra relación; y como la mayor parte de los hombres, lo más lejos que logró llegar fue a la vagina de otras mujeres. [...]
[…] Es la duda la que mantiene joven a la gente. La certeza es como un virus maligno. Te contagia de vejez. [...]
[…] Esto es ajedrez. El arte de la mentira, del asesinato y de la guerra. [...]
[…] Fundamentalmente, un escritor de novelas es un individuo que mira. Dos tercios de mirar y uno de escribir. [...]
[…] Hace falta paciencia infinita, pues de nada vale apresurarse. [...]
[…] Hace falta ser muy segura, como mi protagonista, o muy inteligente o muy afortunada para poder atravesar esa barrera con la dignidad, el aplomo y la serenidad adecuada. [...]
[…] hombres. —Es injusto, pero es así. Son las reglas, porque la sociedad perdona menos a una mujer que no es atractiva que a un hombre. [...]
[…] La cosa queda en el manuscrito con nota al margen. Ojo con esto. Peligro, minas.» [...]
[…] la honestidad de las putas o la honradez forzosa de los viejos bailarines de salón, [...]
[…] La imaginación no siempre basta, si no se la alimenta con material adecuado. [...]
[…] la parte dura de verdad, cuando llegas a odiar tu propia novela), [...]
[…] La vie est brève: un peu de rêve, un peu d’amour. Fini! Bonjour! [...]
[…] Las correcciones posteriores fundirán esos tres niveles de trabajo, dándoles unidad y apariencia de que todo se escribió de corrido. Así es como debe verlo el lector. [...]
[…] Le asombraría saber cuántas niñas sueñan con vestirse de princesas, y cuántas mujeres adultas desean vestirse de putas. [...]
[…] Le hago muchas preguntas y tomo notas. También, de postre, le pido que me ayude a montar una trampa en una partida para descubrir a un posible infiltrado del otro bando. En treinta segundos me da la idea. Luego en casa, me abalanzo sobre los libros de ajedrez y empiezo a buscar situaciones apropiadas. A vestir la partida. En dos días queda todo resuelto. Ya tengo el pretexto, la trama, la trampa.» [...]
[…] Lo completo entre otras cosas con tres títulos más, también grandes libros ilustrados. Liners es uno de ellos. Otro: Transatlantici, l’etá d’oro. Y como gracias a unas páginas de Blanco y Negro del año 1928 compruebo que el Cap Polonio hacía la ruta de Buenos Aires, elijo ese barco. [...]
[…] Me gusta su forma de aceptar con naturalidad que le digan que es bella. [...]
[…] Me pregunto si en esa época ya era usual ser identificado por éstas. Podría resultar una preocupación innecesaria. Anacrónica. Así que de nuevo me toca pedir ayuda. [...]
[…] Mi imaginación se apropió de ese mundo para siempre, y ya nunca podré mirarlo con la inocencia de unos ojos libres. [...]
[…] No es lo mismo llevar un bolso, a secas, que un bolso de lona monogram de Louis Vuitton, un Kelly o un Birkin. [...]
[…] Nunca debe mezclarse el sexo con los negocios, le había oído decir Max a menudo en otros tiempos. Excepto cuando el sexo facilita los negocios. [...]
[…] O, al manejar diálogos rápidos, la necesidad molesta de repetir «él», «ella»: «ella dijo», «él respondió». Algunos momentos de la escritura son una lucha por dar variedad a ese tipo de recursos: [...]
[…] Palace. A la izquierda, la conserjería; a la derecha, recepción. Escalera con baranda de bronce y dos ascensores. Perfecto. Lo subrayo todo, feliz, mientras me tomo un vaso de leche y unas medias lunas en La Biela, que es mi café favorito de esa parte de la ciudad. Después doy un paseo tranquilo hasta el lugar. El hotel Palace ya no existe. En su lugar sólo hay un deteriorado edificio con entrada por el 217 de 25 de Mayo, con sus arcos de recova en la esquina de las actuales Cangallo y Alem. Pero es suficiente. Me apoyo en la pared del otro lado de la calle, tomo algunas notas e imagino. De pronto me asalta una duda y, angustiado, releo el cuaderno. Menos mal. El [...]
[…] Para quienes gozan de ese privilegio extraordinario, esto sitúa los lugares con bagaje histórico o literario en un contexto singular que los hace aún más atractivos. Ciudades, hoteles, calles, paisajes, cuando te acercas a ellos con lecturas previas en la cabeza, adquieren un grato carácter personal; un sabor intenso. [...]
[…] Por eso, corregir es siempre peor que escribir. Más duro y agotador. A tu novela no acabas odiándola mientras la escribes, sino mientras la corriges. [...]
[…] Por suerte lo he advertido a tiempo para que se corrija en el resto de la tirada de la novela y en las traducciones extranjeras, cambiando el título por El velo pintado; aunque ya nada podrá impedir que figure en parte de los ejemplares de la primera edición. No es grave, por supuesto. Apenas una pequeña anécdota. La mayor parte de los lectores ni siquiera lo advertirá. Pero constituye una buena lección de humildad profesional y de vida en general: recordatorio de que, por mucho que te afanes, la escritura de una novela, como la vida misma, está sembrada de minas esperando que las pises. Y que siempre, por mucho cuidado que pongas, acabarás pisando alguna. Por eso no puedes menos que sonreír recordando aquel viejo chiste editorial sobre la fe de erratas impresa al final de un libro: «El corrector certifica que este libro no contiene ninguna errita».» [...]
[…] Quevedo, Gracián y algunos otros) son maestros y lo seguirán siendo cuando el mundo te haya olvidado. Mientras, tú sólo eres un tipo que intenta contar historias de manera eficaz. [...]
[…] —Se requiere mucha inteligencia para disfrazar de artificio las propias emociones [...]
[…] Seguramente ni lo mencionaré en el texto, pero para mover a los personajes es necesario saber que eso estaba ahí. Es parte del andamio que retiras una vez acabada la casa.» [...]
[…] —Si algo me agrada de usted es que nunca podré llamarlo estúpido. [...]
[…] Sin derrotas no hay victorias.» [...]
[…] Situar referencias adecuadas es útil por varias razones: da mayor credibilidad al tratamiento de cada época, permite que el lector perciba el aroma de un mundo determinado, apoya visualmente la acción, da pie a que los diálogos se sostengan con detalles y referencias específicas. [...]
[…] Te sitúas ante un escenario para la novela, y las viejas fotos, las lecturas, permiten borrar todo aquello que es superfluo para tu trabajo o no necesitas. Como si no estuviera ahí. Entonces, al fin, logras el milagro de ver sólo lo que necesitas ver.» [...]
[…] Tiene sesenta y cuatro años, pero se siente rejuvenecido. Interesante, incluso. Y, sobre todo, audaz. [...]
[…] —Un amigo mío decía que hay tangos para sufrir, y tangos para matar... [...]
[…] Un caballero auténtico es aquel a quien, siéndolo, no le importa serlo o no. [...]
[…] —Una mujer nunca es sólo una mujer, querido Max. Es también, y sobre todo, los hombres que tuvo, que tiene y que podría tener. Ninguna se explica sin ellos... Y quien accede a ese registro posee la clave de la caja fuerte. El resorte de sus secretos. [...]
[…] Uno de mis personajes se beneficiará de lo que acabo de aprender. [...]
[…] Y no falla: el primer día que abres la novela recién impresa, satisfecho de tenerla al fin en las manos, siempre lo haces exactamente por la página donde la errata o el gazapo que durante innumerables relecturas pasaron inadvertidos te saltan a la cara rotundos, clamorosos, siniestros, consagrados en letra impresa. [...]
[…] Ya no podré volver a esos lugares sin amueblarlos con mi propia historia y personajes; sin verlos de otro modo que a través de la novela que yo escribí. [...]

sábado, 1 de febrero de 2014

Y Google, ¿cómo lo haría?, Jeff Jarvis y Editorial Planeta S.A.U.

[…]cuando vendes, consigues beneficios; cuando hablas con los clientes, ganas conocimiento; cuando te encuentras con colegas, haces nuevos contactos[...]
[…]¿Te anuncias para comunicar a tus clientes algo que ignoraban y necesitan saber sobre tu producto, como, por ejemplo, perfeccionamientos en el producto o un mejor precio? De acuerdo.[...]
[…]«Acumular usuarios, no dinero» era el consejo de la vicepresidenta de Google, Marissa Mayer,[...]
[…]«Asegúrate de que tienes un gran producto y garantiza un gran servicio al cliente. Éstas son las dos primeras reglas de la publicidad en este nuevo mundo. Si no los tienes, no pagues dinero a nadie para que te haga algo.»[...]
[…]«Cometemos errores todo el tiempo, todos los días –confesó Mayer–; pero si lanzas cosas y actúas rápidamente, la gente olvidará esos errores y tendrán respeto por la rapidez con la que has construido y mejorado un producto.»[...]
[…]«el mensaje fundamental del marketing debía cambiar del “queremos tu dinero” a “compartimos tus intereses”.[...]
[…]«El servicio al cliente es el nuevo marketing»,[...]
[…]«En los tranquilos espacios abiertos por el desarrollo sostenido, sin distracciones, la lectura de un libro, o cualquier otro acto de contemplación, nos lleva a realizar nuestras propias asociaciones de ideas, nos provoca nuestras propias inferencias y analogías, fomenta nuestras propias ideas. La lectura profunda, como afirma Maryanne Wolf, es inseparable del razonamiento profundo.»[...]
[…]«Innovación, no perfección instantánea»,[...]
[…]«lo sencillo es poderoso…[...]
[…]«No podemos esperar a que los consumidores acudan a nosotros»,[...]
[…]«Por favor, equivócate muy rápido, para que puedas intentarlo de nuevo».[...]
[…]«primera ley Jarvis»[...]
[…]A veces, el éxito puede cegarnos y no dejarnos ver los posibles fracasos.[...]
[…]A veces, escuchar se convierte en un producto.[...]
[…]Abre todos los procesos de producción: investigación, informes, necesidades, conceptos de diseño, bocetos, especificaciones, nuevas ideas, etc.[...]
[…]Ahí comprobamos el contraste entre el cerebro de los políticos y el de los ingenieros.[...]
[…]atención al cliente o el de marketing– no funciona. La subcontratación de algún experto en comunicación de crisis o de una agencia de publicidad sólo agravará la situación.[...]
[…]Bezos no hace realmente negocio empujando átomos. Como Google, crea valor haciéndose más inteligente y construyendo bits.[...]
[…]commodity,3 un producto de consumo básico muy popular en el que la marca es cada vez menos relevante.[...]
[…]Cuantas más conexiones existen, más valor tienen.[...]
[…]Cuantas más formas encuentres para mostrarte y escuchar a los demás, más confianza construirás; y ésa es tu marca.[...]
[…]Cuantos más enlaces apuntan a su sitio, más valen tus enlaces a otros sitios.[...]
[…]Cuarto, haz dinero por la puerta lateral. «Google y Apple hacen dinero ofreciendo gratuitamente una parte clave de su negocio y obteniendo ganancias por otro lado.» Muy a menudo, las empresas piensan que todo lo que hacen posee un valor que deben capturar, intercambiar, preservar, restringir y proteger. En cambio, puede que el valor real venga de una puerta lateral.[...]
[…]eBay, Amazon –que es tanto una plataforma para los comerciantes como un comerciante en sí mismo– y Google –donde puedes comprar publicidad asequible y segmentada–,[...]
[…]el dinero puede entrar por una puerta lateral.[...]
[…]El flujo de caja puede cegarte e impedir que percibas la necesidad estratégica de realizar cambios, tomar decisiones difíciles e innovar.[...]
[…]El futuro se encuentra en servir a colectivos, como hace Google.[...]
[…]El marketing debe evolucionar.[...]
[…]el peligro de que una multitud se forme alrededor tuyo en un instante si tratas mal a tus clientes, los beneficios de colaborar con ellos, su generosidad como base de una nueva relación[...]
[…]El reto paralelo es, a su vez, reorganizar y reorientar cada división de la empresa –diseño, producción, marketing, ventas, servicio al cliente– alrededor de esta nueva relación con las personas a las que tú solías llamar «clientes», pero que ahora se han transformado en «socios».[...]
[…]En febrero de 2007, Michael Dell ordenó el lanzamiento de IdeaStorm, un sitio donde los clientes podían decir a Dell cómo debía actuar, discutir y votar las ideas favoritas de la comunidad de clientes. La compañía no sólo escuchó, sino que también actuó. Los clientes querían que Dell hiciera ordenadores con el sistema operativo abierto Linux en vez del Windows de Microsoft.[...]
[…]Es caro producir contenido, es caro fabricar y es caro distribuir.[...]
[…]Es imposible competir contra lo gratuito.[...]
[…]Escucha toda la mala prensa, tu mala reputación en el medio digital y la insatisfacción de los consumidores,[...]
[…]Glam se ha convertido en la gran marca femenina on-line.[...]
[…]Google no se preocupa por los modelos de negocio cuando desarrolla un producto. «Nos preocupamos mucho más por si tenemos o no usuarios.»[...]
[…]Google no se ve a sí mismo como un producto. Es un servicio, una plataforma,[...]
[…]Google se da cuenta de que somos individuos que vivimos en un universo casi infinito de pequeñas comunidades con intereses, formaciones y geografías distintas, y no nos trata como una masa.[...]
[…]Google también puede crecer de tal manera que luego le sea difícil continuar su desarrollo,[...]
[…]Google, como Yahoo, ha cedido información a gobiernos (en India y China, respectivamente), que permiten arrestar a los usuarios simplemente por lo que han dicho.[...]
[…]Google, que no invierte prácticamente un céntimo en publicidad. Se convirtió en la compañía de más rápido crecimiento en la historia del mundo, y sin marketing.[...]
[…]haz algo útil. Ayuda a las personas para que lo utilicen. Y después… quítate de en medio.[...]
[…]Hoy en día, el método de crecimiento de la web 2.0 consiste en renunciar a pagar por el marketing y, en su lugar, crear algo tan fantástico y contagioso que sean los mismos usuarios quienes lo distribuyan.[...]
[…]involucrar a tus consumidores de lleno.[...]
[…]La burocracia, los grupos de trabajo, organigramas y procesos formales no engendran innovación.[...]
[…]–la clave para todas las plataformas– reside en posibilitar el empleo de la herramienta como los usuarios deseen.[...]
[…]La confianza se gana con dificultad y se pierde con facilidad.[...]
[…]La diferencia radica en que ahora la conversación se dará en público. No tengas miedo; es muy positivo.[...]
[…]La especialización como consecuencia de la economía del enlace fomenta la colaboración –yo me dedicaré a lo que me dedico y tú rellenarás mis vacíos–.[...]
[…]La gente de Google empieza con un problema y busca una solución. Identifican una necesidad, buscan la oportunidad y entonces, sistemática, lógica y agresivamente, atacan con innovación.[...]
[…]La lección de la innovación de Google es clara: haz de la innovación tu negocio.[...]
[…]La publicidad es tu última prioridad, tu último recurso, un desafortunado producto que no tiene suficientes amigos… todavía.[...]
[…]la regla del 20% de Google reside en que si permites a las personas seguir sus pasiones, trabajarán tanto como si lo hicieran gratis.[...]
[…]–la simplicidad es la complejidad bien hecha–.[...]
[…]las comunidades ya están haciendo lo que quieren. Si tienes suerte, dejarán que las ayudes.[...]
[…]lee lo que dicen acerca de ti.[...]
[…]leer y responder a blogueros, publicar un blog corporativo, capacitar a los consumidores para decir a la compañía qué debía hacer y llevarlo a cabo.[...]
[…]los comerciantes piensan en la red como una gran tienda, como un catálogo y una caja registradora; la gente que se dedica al marketing ve Internet como un lugar donde difundir los mensajes de su marca;[...]
[…]No encuentro inconveniente alguno en que sea el propio director general quien establezca conversaciones directas con el público.[...]
[…]No entierres tu página en gestores de contenidos que la aprisionarán en bases de datos a las que Google no tiene acceso.[...]
[…]Nota:Los extremadamente pequeños.[...]
[…]Pensemos como ingenieros determinando los problemas y trabajemos para encontrar soluciones en común.[...]
[…]Pero hoy, en Internet, el proceso se ha convertido en el producto.[...]
[…]Pero recuerda: cuando cedes el control a los otros, tú empiezas a ganar.[...]
[…]Pero, una vez que surja la competencia, probablemente tendrás que cobrar menos por tu artículo para vender más cantidad. Las cosas físicas son un dolor de cabeza. Los dígitos no lo son.[...]
[…]política de antaño con los blogs de sus clientes era aquello de «mirar pero no tocar».[...]
[…]Pon las recetas on-line e invita al público a que realice sugerencias e incluso a editarlas en un wiki.[...]
[…]Por eso, cualquier restaurante debería tener su menú, los platos especiales, su horario, su dirección y todas las informaciones on-line.[...]
[…]Pregunta a la gente qué es lo que deberías hacer. Admite los errores. Ábrete.[...]
[…]pregúntales a tus consumidores qué creen que deberías hacer.[...]
[…]primero, encontrar un problema y, a continuación, buscar una solución. Ten cuidado con las ideas geniales.[...]
[…]Recuerda: tu empresa es la compañía que tú tienes. Los clientes son tu marca.[...]
[…]responde a la gente. No encargues la búsqueda y los posteriores contactos a un becario o a una empresa de relaciones públicas. Realízala tú mismo.[...]
[…]Resumiendo, dedícate a lo que hagas mejor y enlaza el resto.[...]
[…]si el cliente no tiene el control, te espera un infierno.[...]
[…]Si mantienes una plataforma, necesitas desarrolladores y emprendedores para construir sobre ella, creando nuevas funcionalidades y nuevo valor y atrayendo a más usuarios.[...]
[…]–si vas a concentrarte en un mercado o en un servicio, deberás ser el mejor para que la gente te enlace–;[...]
[…]Sin embargo, para Dell, la primera lección es: a pesar de que siempre se ha dicho que el cliente siempre tiene la razón y que es el que manda, ahora realmente es así.[...]
[…]Sirve bien a tu segmento en lugar de servir mal a la masa.[...]
[…]Somos lo que hacemos.[...]
[…]Son plataformas que nos ayudan a organizarnos por nosotros mismos.[...]
[…]su libro Free!15 que lo gratuito es un modelo de negocio.[...]
[…]Todo lo que tienes que hacer es leerlos. Todo lo que tienes que hacer es escuchar.[...]
[…]Tu reto está en hacer emerger las buenas ideas y sobrevivir dentro y fuera, y en posibilitar que los clientes y los empleados mejoren dichas ideas y tus productos.[...]
[…]Tu ventaja competitiva no se encuentra en que tus diseños sean secretos, sino que residirá en una fuerte relación con tu comunidad de clientes.[...]
[…]Tus productos y tus clientes son tus anuncios, y también lo son tus empleados.[...]
[…]una prueba de que tu producto puede ser tu anuncio, y tus clientes, tu agencia de publicidad.[...]
[…]ver las cosas de forma diferente, el libro Freakonomics.[...]
[…]Y pensar de forma diferente es el producto clave y la habilidad de la era de Google.[...]
[…]Y por supuesto, en la primera entrada del blog, no olvides mencionar a Jim y agradecerle su ayuda.[...]